En ocasiones, el término infantil se utiliza de manera peyorativa, para degradar algo, para restarle importancia. Cuando en el título hago referencia a un espíritu infantil, hablo de un ánimo juguetón, de exploración y descubrimiento. De provocación y diversión.
Así es la obra del artista mexicano Boris Viskin, misma que podemos apreciar en La belleza vendrá después, la exposición que ahora mismo presenta el Museo de Arte Moderno. Y por ser una muestra de piezas desafiantes, llamativas e irreverentes, los niños la aman.

Mis niños viendo Silla mirando a sus partes (entre Platón y Heidegger), 2008.
Aunque suene burdo, los cuadros de Viskin son como rompecabezas, una extraña especie de collage, intervenciones a objetos cotidianos con el afán de rendir homenaje a obras maestras, a artistas y a momentos históricos o bien de su vida personal que lo han marcado.

Autorretrato constructivista hablado, 2013. En este es divertido poner a los niños a leer las palabras del cuadro y ver la reacción al descubrir que se trata de la descripción “geográfica” de un rostro.
Lo que vemos es el resultado de 15 años de carrera de Viskin, “hoy consolidado como uno de los creadores más destacados de su generación, principalmente de pintores, Boris Viskin desmiente en sus propuestas plásticas un estricto encasillamiento como tal, pues es un pintor “postpictórico”. Ha llevado la pintura más allá”, dice la página del Museo de Arte Moderno.

Cementerio de dibujos, 2015, llamó particularmente la atención de mis niños que encontraron un objeto tan cercano a ellos como lo es una goma de borrar, de manera repetida representando lápidas sobre un óleo que retrata un paisaje desierto y tétrico.
La belleza vendrá después se compone de ocho esculturas, tres instalaciones y 30 obras a muro, entre pinturas, ensamblajes en relieve y técnicas mixtas, además de tres series mixtas de pintura y gráfica.
Tesoros del Rijksmuseum representa una oportunidad para que los niños se fijen a detalle en cada uno de los cuadros que ofrece una sorpresa para ellos.

Algunas de las 38 piezas que forman “Tesoros del Rijksmuseum”.

El cara de niño.

A este mi hijo menor le puso “Pinocho”.

A éste se refirieron como “el mapa”.
Mi visión de madre que ha parido dos veces no pudo evitar enfocarse en Heme, 2011, referencia al nacimiento de su hijo o hija a la cual se refiere como “M” .

“Recuerdo que, al nacer M, postée una foto de su arribo al mundo. Algunos amigos se estremecieron ante la imagen. La ceguera de padre primerizo no veía la sangre que envolvía al nuevo ser. Miraba el milagro de “dar a luz” y no las tinieblas desde las que brotaba”.
Y el punto más alto de la exposición es sin duda la sala circular que muestra Sonata para una noche cíclica (que sirve para dar una clase de historia mundial), y La culminación del error que fue lo que más les llamó la atención a los niños.

La culminación del error, 2009.
Podría agregar muchas fotos más pero es mejor que lo vean en vivo. Solo dejo esta, de la cual por distracción no tomé su ficha, pero que no olvido que está inspirada en el cuento de El oso de las cañerías de Cortázar. ❤
Boris Viskin
La belleza vendrá después.
Museo de Arte Moderno
PASEO DE LA REFORMA Y GANDHI S/N BOSQUE DE CHAPULTEPEC.
Hasta el 14 de agosto.
http://www.museoartemoderno.com/
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